El misionero recibe un cambio de imagen con el triángulo tórrido, una posición del Kamasutra.
¡Este último adapta al misionero y multiplica por diez su intensidad para acercar los cuerpos!
El triángulo tórrido, una posición derivada del misionero, atestigua la inventiva y flexibilidad del Kamasutra. En este vals íntimo, esta vez, es la mujer la que marca el ritmo. Al igual que en el misionero, la mujer se acuesta boca arriba y su pareja está encima de ella, con la diferencia de que la pareja debe colocarse a cuatro patas, permitiendo así que su pareja mueva la pelvis a su antojo.
En el triángulo tórrido, el hombre permanece inmóvil. La mujer se hace cargo de las idas y venidas subiendo y bajando la pelvis, mientras se agarra a su pareja.
¿A quién va dirigida esta posición del Kamasutra?
El triángulo tórrido debería hacer las delicias de aquellos que buscan intimidad y complicidad. Esta posición del Kamasutra permite que los cuerpos se aprieten y que los ojos se encuentren.
Es propicio para caricias y besos y es particularmente sensual. Además de eso, trabaja los glúteos. Buena gimnasia de cámara, por cierto. Las mujeres conquistadas por el triángulo humeante también deberían disfrutar de posiciones como la plancha para gofres o el dúo griego.